Santiago de los Caballeros: Un Viaje Imprevisto Hacia el Monorriel y Más Allá

 

Santiago de los Caballeros: Un Viaje Imprevisto Hacia el Monorriel y Más Allá

El Viajero y la Travesía Imprevista

La tarde se había teñido de un gris plomizo, un manto pesado sobre la urbe que, minutos antes, había liberado su furia en forma de lluvia torrencial. Como un explorador que se adentra en un territorio recién mojado, me encontraba a bordo de mi vehículo, no con la intención de conquistar cumbres lejanas, sino de realizar un simple vistazo de la ciudad, corazón del Cibao.

Pero, ¡ah, amigo lector! En cada giro de la calle, la ciudad de Santiago de los Caballeros se revela como un organismo vivo, lleno de misterios y promesas.



La Visión del Futuro: El Monorriel y el Tráfico

Nuestra brújula se dirige al Área Monumental, ese faro de nuestra historia. Y es allí donde el presente se encuentra con la anticipación del futuro. Observamos con fascinación la construcción, la cicatriz temporal de la tierra donde pronto —en un audaz salto tecnológico— pasará el Monorriel. Imaginen la escena: ese tren suspendido, una serpiente metálica surcando los aires, prometiendo una velocidad y eficiencia dignas de las más grandes metrópolis.

Mientras la promesa del futuro se alzaba, el presente nos recordaba su realidad: el tránsito.

«El tránsito un poco pesado para la hora. Llovió y seguro ahora todo el mundo está saliendo.»

El tráfico, ese inevitable dragón de las horas pico, se había despertado. Con calles clave cerradas, como esa parte vital de la Calle del Sol donde está la Alta Gracia, la congestión se hacía evidente. Pero, como buen viajero, uno aprende a medir la marea: el tránsito se aprieta y se afloja. Con una pizca de paciencia —la virtud del explorador—, la travesía se vuelve llevadera. No está tan pesado, después de todo.



Un Panorama de Montañas y Barrios

Desde este punto de observación, el paisaje se abre como un mapa desplegado. Al horizonte, como gigantes dormidos que velan la ciudad, se alzan los picos. ¡Miren qué bonito se ve!

La vista nos regala el majestuoso Pico Diego de Campo, que se recorta contra el cielo. Luego, en una panorámica que nos invita a la aventura, se distinguen los sectores que dan vida a Santiago: Piché, Ranchito, Salamanca (ese sector con un medio bombillito que apenas destella en la lejanía). Y más allá, la ruta hacia Gurabo, la Cumbre, y para aquellos que buscan historias rurales y vibrantes: Los Quemados y otros lugares que he tenido el placer de explorar y que pueden ver en mis videos.


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