El Aguacate de Yásica: La Ruta Secreta del Río de las Posas en Puerto Plata

 

El Aguacate de Yásica: La Ruta Secreta del Río de las Posas en Puerto Plata

🗺️ El Viaje a la Sombra del Sonador

Todo el mundo habla del Río Sonador cuando enfila la carretera hacia Yásica, Puerto Plata. Pero el verdadero aventurero sabe que, a menudo, la fama es solo el preludio de un secreto mejor guardado. Y ese secreto, ese desvío mágico, es la Carretera del Aguacate.

Rio el Aguacate en Yasica

Al cruzar ese pequeño puentecito, la curiosidad se dispara. Y no hay mejor señal de que vamos por buen camino que el encuentro con la gente de la zona. Como Manolo Mejía Tavares, quien con una sonrisa de conocimiento local, nos aseguró: "Ese río del Aguacate es buenísimo. ¡Mucho lindo para allá arriba!". Manolo, ¡tenías toda la razón!

Manolo Mejía Tavares (el cojo)

💧 El Tesoro Escondido: Charcos y Cascadas

Dejamos el bullicio de la carretera y nos adentramos en el frescor del monte, siguiendo la promesa de pozas cristalinas. Y el Río Aguacate (o simplemente "El Aguacate", como lo bautizamos), no defraudó.

A pesar de encontrarnos al principio con el inevitable rastro de basura (un recordatorio amargo de lo que debemos cambiar en nuestra nación), la naturaleza de la zona rápidamente se impone con una belleza cruda y espectacular. Los primeros charcos, un poco turbios por nuestro paso, daban paso a una claridad asombrosa a medida que avanzábamos.

El charco de las hojas

En poco tiempo, ya estábamos inmersos en una sinfonía de agua y piedra:

  • El Nido de Posas: A cada cien metros, un nuevo regalo. Pozas tan bonitas que parecen sacadas de una postal, pequeñas cascadas que venden la majestuosidad de nuestra tierra. ¡Un verdadero deleite para el lente de la cámara! (Recuerda que estas imágenes están disponibles en mi stock para todos los que quieran un trozo de esta aventura enmarcado).

  • Las Tinas del Aguacate: ¡La joya de la corona! Al remontar el cauce, el río se transforma en una sucesión de piletas naturales: las "tinas". La tina mayor, la posa más grande, nos dejó sin aliento. Estos remansos profundos y de aguas turquesas son una invitación irresistible al chapuzón.

  • El Naciente Mágico: Después de casi 2 kilómetros de sendero, montaña arriba, y con las piernas cansadas pero el espíritu renovado, llegamos a un punto de poder: la Posa del Naciente. Ver el agua brotar con fuerza de la roca, la pura vida en estado líquido, es un espectáculo que nos recuerda cómo nacen los ríos y la bendición que es El Aguacate.

  • Posa del Naciente



⏳ La Despedida al Anochecer

El tiempo vuela cuando se está explorando el paraíso. Sin darnos cuenta, los 4 kilómetros de recorrido se convirtieron en una carrera contra la noche. La oscuridad comenzó a teñir el paisaje, obligándonos a despedirnos a las 7 de la noche, justo cuando las cascadas, con forma de culebra, seguían prometiendo más maravillas río arriba.

Nos fuimos agotados, pero llenos de la energía del Río de las Posas. El Aguacate de Yásica no es solo un destino; es una experiencia de resistencia y recompensa, donde cada paso descubre una nueva y espectacular posa.

¡Una aventura que definitivamente valió el esfuerzo y que queda marcada en la historia de nuestras exploraciones!


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