Una Aventura de Tierra y Agua: Tras el Misterio de Madre Vieja y el Río Azul

 

🗺️ Una Aventura de Tierra y Agua: Tras el Misterio de Madre Vieja y el Río Azul

¡Bienvenidos, intrépidos viajeros, a una nueva expedición que nos lleva al corazón de la naturaleza de Sosúa! Mi nombre es Obal Ureña Sosa, y hoy les contaré la travesía, los retos y la maravillosa recompensa que aguardan en la Represa (o Toma de Agua) de Madre Vieja.

Prepárense, porque esta no es una ruta para los débiles de corazón... ni de amortiguadores.


🚗 El Camino a lo Inesperado: Advertencia a Navegantes

Nuestra aventura comienza al entrar por el sector de Maranatha, siguiendo la calle "Maranatha" y luego "Bella Vista". Pero aquí viene la primera prueba: los letreros son esquivos, a veces inexistentes. El GPS es tu mejor amigo.

Si tomas la decisión de seguir adelante, ten en cuenta esta verdad ineludible: los últimos 4 kilómetros son una sinfonía de tierra y hoyos. Es una calle que te exige estar listo, que pone a prueba tu voluntad y, sobre todo, la suspensión de tu vehículo. ¡No te confíes!


Un dato crucial: Esta zona está cargada de historia, cerca de la mítica Laguna del Judío, un lugar que ya les he mencionado en otras ocasiones.

Para llegar a nuestro objetivo, la Represa de Madre Vieja, cruzamos primero por el Río Martinico. Pero tranquilos, la represa no es el único tesoro; ya en videos anteriores les he hablado de este sitio, y el enlace de ese video estará al final de este post.

Tras el polvoriento trayecto y bajo un sol implacable, al fin llegamos: la Represa o Toma de Agua de Madre Vieja.


💧 La Verdad del Agua: Historia y Paisaje

Lo primero que hay que aclarar es un rumor popular: Madre Vieja no es una hidroeléctrica. Es la vital toma de agua que abastece a Puerto Plata y Sosúa. Un cordón umbilical de agua dulce.

Aunque es un lugar encantador para nadar y tomar fotografías, nunca olvides el respeto que se le debe al río. Aunque haya una presa, el cauce siempre puede cambiar.

Pero en medio de la serenidad del lugar, fui testigo de un evento que capturó mi curiosidad y cambió el rumbo de nuestra historia: el Salto de la Libertad.


El Salto de la Libertad: La Batalla de los Peces

Mientras grababa, noté algo extraordinario en el badén de la represa: peces que luchaban por subir río arriba. Parecían pequeñas sardinas de río, con cuerpos alargados, plateados y casi transparentes, moviéndose en cardumen.

Por puro instinto, por la supervivencia de su especie, suben a desovar. Los que lo logran, mantienen el ciclo. Los que no, bueno... es la Ley de la Naturaleza en su máxima expresión.

Una reflexión necesaria: Nosotros, como humanos, hemos interpuesto una estructura —la presa— en su camino. Sí, esta presa es vital (suministra agua a miles de personas), pero también crea un obstáculo. Es una balanza delicada. Aprendí, a lo largo de los años y en mis viajes, que las presas no son intrínsecamente malas; nos proveen agua para consumo y energía (en otros casos), pero debemos buscar el equilibrio. Quizás debamos compensar a la naturaleza, ayudando a esos peces a superar el badén que construimos.

🌊 El Misterio del Río Azul y la Cascada Olvidada

Nuestra jornada no terminó ahí. Preguntando a los lugareños, seguimos un camino hacia la Cascada de Madre Vieja. El sendero es digno de explorador: escalones viejos, un poco de abandono... pero la recompensa visual lo vale todo.

Me surgieron ideas locas, como siempre: ¿y si se pudiera cobrar una pequeña contribución voluntaria (no en efectivo, para evitar problemas, sino quizás por transferencia digital) para mantener estos tesoros naturales? Estoy en contra de la privatización de los ríos, ¡que quede claro!, pero a favor de su preservación.

La Cascada de Madre Vieja tiene una caída de unos 5 o 6 metros, rodeada de piedra caliza que, según la hora, le da al agua una tonalidad increíble.


Y luego vino la gran revelación, algo que ya había grabado con un teléfono anterior, pero que ahora pude confirmar con mayor claridad: el misterio del Río Azul.

Justo en un punto específico, el río Martinico, que es transparente, comienza a tomar un tono azul intenso. La gran cantidad de peces parece indicar un nacimiento de agua pura y fría. Fuimos a buscar el origen: parecía que de un pequeño hoyo en la roca, el agua salía con esa tonalidad, brotando, convirtiendo el cauce en el Río Azul de Martinico, Sosúa.

Este fenómeno podría estar relacionado con la arcilla azul que mencionaba el investigador Miguel Rojas en sus estudios sobre esta zona. La naturaleza, con su ciencia y sus misterios, siempre nos da una sorpresa.


✨ Conclusión del Viaje

He comprendido que, a pesar de la introducción agresiva de los humanos, la naturaleza siempre se adapta y sobrevive. No podemos vivir sin ella. Por eso, tenemos que aprender a convivir, a adaptarnos a sus reglas y, de vez en cuando, a tenderle una mano.

Y no lo olviden: nadar en estas aguas cristalinas no solo es un placer para el cuerpo, sino también un respiro para la mente. ¡Pero siempre con precaución!


Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Grito Silencioso de Inoa y Arroyo Hondo: Una Bitácora de Desencanto en el Corazón de la Sierra

Un viaje en el tiempo y la naturaleza: Explorando la costa norte

La mancha del progreso y los saltos de jima