El Cañón Silencioso: Crónica de una Batalla Olvidada en el Corazón de Santiago

 

El Cañón Silencioso: Crónica de una Batalla Olvidada en el Corazón de Santiago

¡Ah, Santiago de los Caballeros! Ciudad modelo, cuna de héroes y faro del Cibao. Es en sus entrañas donde palpitan las hazañas que forjaron la nación. Una de ellas, grabada a fuego, fue la Batalla del 30 de Marzo de 1844, cuyo eco resonó desde el histórico Cerro del Fuerte Dios. Y es allí donde se alza un testigo de piedra y acero: el Parque Imbert.


El General francés José María Imbert, con visión y coraje, comandó las fuerzas dominicanas desde aquel fortín, defendiendo nuestra naciente soberanía. El cerro, que sirvió de escudo, fue mancillado a fines del siglo XIX por el progreso: la construcción del Ferrocarril Central Dominicano lo hirió, cortándolo con el terraplén para tender sus rieles.

El Parque Imbert es, por tanto, más que un jardín; es un libro de historia abierto. Pero, creadores de contenido del mundo, ¿qué ven mis ojos y, más importante, qué capta mi dron en este momento? El contraste es tan crudo como una roca en un jardín de flores.

La Desventura del Presente

Tomé mi dron y me lancé a documentar la realidad. El aire se sentía espeso, y la oscuridad de la noche acentuaba el abandono. El parque, un estandarte de la ciudad, se presentaba ante mi lente con una quietud más cercana al luto que al descanso.

Iniciamos el recorrido en el área de descanso, cerca de una extraña estructura piramidal. La situación era clara: hay montículos de arena que esperan ser retirados. Pienso, como creador de historias, en el potencial perdido: ¿Por qué no aprovechar para contar la historia del parque y la batalla con unas bayas o unos escritos que narren su gloria?

El parque, señores, estaba cerrado.

Y no es una novedad. Lo visité de día, un sábado, con la esperanza de que la luz revelara un milagro. Vimos las escaleras pintadas, pero también la basura. "Definitivamente, me engañaron", pensé con frustración. Dos días seguidos, y la cadena sigue ahí, burlándose de la ciudadanía. Un parque insignia de la Ciudad Corazón, yace secuestrado por el descuido.

No me engañan a mí, ¡engañan al pueblo!


La Ciudad Corazón Late con Fiebre

¿Qué se van a robar? El cañón, esa pieza de historia, no creo. Pero la realidad es otra. La basura se acumula, y la falta de mantenimiento es una herida visible en este monumento a la libertad. Mi cámara de seguridad personal, la que llevo en el bolsillo, grita que hacen falta más cámaras y más vigilancia.

El drama se agudiza al ver el descuido en el uso del espacio público. Observamos personas con problemas de salud mental que, sin la debida atención, deambulan y actúan de formas que exponen la fragilidad del sistema. Vi a una señora, sumida en su mundo, jugar con su propia saliva, ignorada por el guardia (si es que realmente está vigilando). Es un tema complejo, duro, pero que debemos tratar.

Avanzando hacia otra sección, encontramos el pequeño busto. Lo que debía ser un tributo, es apenas una "cosita de piedra" en una plazoleta, como la de Mamá Tingó, que recibe "de todo" y en condiciones deplorables. Los postes de luz, por su parte, se han convertido en urinarios, y la basura es un paisaje tristemente habitual.

Parque Imbert

El Grito Silencioso de la Historia

La gran cantidad de inmundicia, el abandono de las infraestructuras, el parque cerrado... todo se conecta. Estamos desaprovechando una joya. El Parque Imbert no es solo un recuerdo, es un lugar vivo que debe ser un centro de reunión, un punto de orgullo.

Es cierto que a veces el peligro de los atracos acecha, y que la soledad de la noche amplifica la problemática. Pero la solución no es la cadena. La solución es gestión, vigilancia y amor por lo propio. Pongan más cámaras, pongan más vigilantes. ¡No podemos permitir que una hermosura histórica se consuma en el abandono!

La batalla del 30 de Marzo se ganó con coraje. Ahora, nos toca librar la batalla del presente: la de la dignidad de nuestro espacio público.





Continúa la historia...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Grito Silencioso de Inoa y Arroyo Hondo: Una Bitácora de Desencanto en el Corazón de la Sierra

Un viaje en el tiempo y la naturaleza: Explorando la costa norte

La mancha del progreso y los saltos de jima